Qué conviene más: pagar en efectivo con descuento o en cuotas
Los negocios salen a competirle a los costos de las tarjetas con beneficios por pago en cash. Cómo elegir el pago correcto
El combo perfecto de alta inflación y la necesidad de recuperar los niveles de consumo genera que tanto comerciantes como consumidores no puedan vivir sin cuotas. A tal punto, que un buen plan de pagos diferidos tiende a ‘matar’ a cualquier buen descuento en efectivo. La inflación genera una distorsión total de los precios y convierte a cualquier producto en un gasto imposible de afrontar, pero la sensación cambia cuando se miran las opciones de financiación.
Es lógico pensar que las mentadas 12 cuotas hagan accesible un bien y, además, conviertan a una compra en positiva y a una oportunidad, en una ganga. Así, por ejemplo, adquirir en efectivo o en un solo pago un traje de primera marca que cuesta $ 6 mil puede parecer una decisión inoportuna, innecesaria y difícil de justificar en casa. Pero las cuotas ofrecen todos los beneficios juntos: el valor se reduce a $ 500 mensuales (menos de lo que cuesta una cena familiar en un restaurante), a lo que se agregan las ventajas de la inflación y las millas que suma la tarjeta de crédito.
Así es la Argentina: los consumidores festejan un financiamiento que en otros países sería un síntoma de que la economía está muy mal, porque si un trabajador necesita recurrir a 12 cuotas para realizar una compra que debería resolver en un pago, significa que el poder adquisitivo de su salario no es bueno o que la relación bienes/salarios es desproporcionada. Ciertos artículos que en el país parecen de lujo, en los Estados Unidos o Europa se pueden solventar sin un plan de cuotas: una notebook se paga con el 0,23 por ciento del salario mínimo en Estados Unidos mientras que aquí se necesita casi 1,25 (en el caso de la indumentaria es mucho más notoria la diferencia).
Consumo electoral
El año 2014 mostró la primera caída del consumo privado en todo el ciclo kirchnerista (producto de la devaluación, la caída del salario real y el estancamiento del empleo), según datos de la Consultora LCG. ¿Cuál es la estrategia del Gobierno para incrementar el consumo electoral? La combinación de atraso cambiario –que permite elevar el salario en dólares y desacelerar la inflación–, incremento de subsidios sociales, suba de jubilaciones y paritarias superiores al 27 % genera una mayor disponibilidad de dinero en los bolsillos de la gente, sumado a una mejora en la confianza de los consumidores luego de un 2014 con una gran inestabilidad financiera, producto del default, la devaluación y el salto del dólar paralelo. Para cerrar este combo, con una inflación que sigue siendo alta, el plan Ahora 12 fue una iniciativa muy importante para recuperar el consumo. Según datos oficiales, las compras acumuladas, desde su lanzamiento en septiembre pasado, ascienden a $ 20.500 millones.
¿Un buen descuento en cash o en pagos?
Muchos comercios, para evitar el pago de comisiones e impuestos, ofrecen descuentos por abonar en efectivo. Pero, ¿qué conviene más, en términos financieros? ¿Qué descuento en cash le gana al pago en cuotas? Como ejercicio, se propone comparar una compra de $ 12 mil en efectivo con un descuento del 10 % o pagando en 12 cuotas sin interés. La cuenta es fácil: se abonarán $ 10.800 contantes y sonantes o 12 cuotas de $ 1.000 cada una. ¿Cuál es el beneficio real, considerando la inflación, sobre las cuotas? En otras palabras: ¿a cuánto asciende el ahorro final? Dependerá del nivel de inflación esperada: mientras mayor es la tasa, mayor será el beneficio final. Con una inflación del 30 % anual, el beneficio de las 12 cuotas a valor presente será el equivalente a $ 10.283; con un 25 %, $10.547; con un 20 %, $ 10.822. A simple vista parecería que un buen descuento (superior al 10 %) puede compensar a las 12 cuotas sin interés, pero también hay que considerar que al pagar en efectivo se pierde la posibilidad de invertir el capital; en cambio, pagando en cuotas, es posible invertir todos los meses el capital obteniendo una tasa de interés. Hasta el momento, se puede decretar un empate técnico entre pagar efectivo con un 10 % de descuento versus las 12 cuotas sin interés. En caso de pagar en cuotas y todos los meses colocar el dinero a una tasa de interés del 23 % anual (en una inversión como el plazo fijo), en el caso de una inflación del 30 % anual el monto final abonado actualizado sería el equivalente a $ 9.166 en lugar de los $ 10.823 o los $ 10.800 con el descuento cash. En este ejemplo, sólo un descuento en efectivo superior al 23,6 % inclina la balanza a favor del billete frente a la tarjeta.
Cuidado con el mínimo
A no olvidarlo: la deuda se calcula por el saldo deudor. Analizar la mejor forma de pago resulta inteligente y conveniente, pero realizar una compra con la tarjeta para terminar abonando el pago mínimo no es una opción a considerar. Si se retoma el ejemplo previo de una compra por $ 12 mil y se opta por el pago mínimo en el resumen: de los $ 12 mil, la entidad financiera determinará que el pago mínimo es de $ 980; pero lo que no se aclara que es que, de ese valor, $ 600 se aplican a bajar el capital y $ 380 al pago del interés. Conclusión: en el próximo resumen la deuda total sólo bajará $ 600, cuando el monto que se pagó fue de $ 980. Para que se vea más claro el efecto del pago mínimo: en el mes 19, sumando lo abonado por todos los pagos mínimos, la suma ascenderá a $ 12.204, pero todavía se adeudarán $ 4.767. Así, para quienes pagan sistemáticamente el mínimo, terminar de abonar hasta el último centavo puede llevarles más de 12 años.
¿No quedó claro? Partiendo del supuesto de una deuda total de la tarjeta de crédito por $ 10 mil, con un pago mínimo total por $ 817 y si el costo financiero del banco por pagar ese mínimo fuera del 40 % anual, hay que considerar que, para calcular el mínimo, el banco toma el 5 % de la deuda ($ 500).
Quiere decir que, de los $ 10 mil se deben $ 9.500, pero el pago mínimo se calcula sobre el saldo deudor ($ 9.500), al que se aplicará el interés por la financiación sobre saldo, convirtiendo al pago mínimo en un total de $ 817.
A considerar
La ley de tarjetas de crédito establece que está prohibida la difusión del nombre de cualquier persona que tenga una deuda con plástico, sin importar en qué instancia deudora se encuentra (ejecución, mora). Por lo tanto, Veraz y similares no deberían poder informar un descubierto.
Fuente de la Información: www.apertura.com