Negocios que vuelven: la industria del vino lidera un incipiente proceso de fusiones y adquisiciones de empresas
En una semana se concretó la venta de dos bodegas mendocinas; los activos baratos en dólares y el potencial exportador son los principales atractivos del mercado; los inversores locales pican en punta
La temporada de caza de empresas se inauguró en el negocio del vino. En menos de una semana dos de los grupos más poderosos del país concretaron la compra de un par de bodegas mendocinas, y en el sector afirman que antes de fin de año habría más novedades porque son muchas las compañías en venta. Del otro lado del mostrador, la combinación de activos baratos en dólares, el potencial exportador y la aversión al riesgo argentino que todavía tienen las multinacionales son factores que se conjugaron para convertirse en una fórmula más que atractiva para los inversores locales. Desde Perez Companc hasta los miembros de la familia Bemberg, pasando por el petrolero Alejandro Bulgheroni, Eduardo Eurnekian, los Werthein o los socios de la cerealera Bunge, cada vez son más los empresarios provenientes de otros rubros que apuestan al vino.
La operación más importante es la que acaba de cerrar el grupo Peñaflor -controlado por el fondo de inversión Terold, que reúne a un grupo de accionistas y ejecutivos de la cervecera Quilmes encabezados por Juan de Ganay- para quedarse con la bodega Navarro Correas, que estaba en manos de la multinacional Diageo. El acuerdo incluye el traspaso de las marcas Navarro Correas y San Telmo y un convenio por el cual Peñaflor se hará cargo de la distribución de la línea de bebidas espirituosas de Diageo. Antes de completar esta compra, Peñaflor ya era el jugador número uno de la industria vitivinícola argentina. Con media docena de bodegas y más de 50 marcas, los ex dueños de Quilmes no sólo son líderes en ventas en el mercado interno; también encabezan el ránking de exportadores y controlan a uno de cada cuatro vinos argentinos que se venden en el exterior.
Apenas tres días antes de esa operación, Molinos Río de la Plata -la empresa de la familia Perez Companc- había informado la compra de la bodega Ruca Malén, en US$ 8,8 millones. Los Perez Companc ya habían incursionado en la industria del vino hace más de quince años con Nieto Senetiner, y en el sector afirman que antes de cerrar la compra de Ruca Malén acercaron ofertas por Luigi Bosca y Familia Mayol.
El anuncio casi simultáneo de ambas operaciones es la muestra más clara del nuevo clima de negocios que se respira en la industria vitivinícola. "La vitivinicultura es la economía regional que va a salir más rápidamente cuando se ordene la macro del país. El panorama que ofrece el sector es mucho más auspicioso que el que pueden tener la citricultura o la producción de caña de azúcar porque el potencial exportador de vinos de alta calidad sigue siendo muy grande y eso algo que lo saben los grandes inversores", sostiene Susana Balbo, presidente de Susana Balbo Wines y flamante diputada por el PRO. La empresa de Balbo es otra de las que sumó accionistas de peso provenientes de otros rubros. En su caso, la lista de nuevos socios está encabezada por Carlos Braun, uno de los directores de la cerealera Bunge y accionista de empresas líderes en los agronegocios, como Bellamar Estancias y Agroexpress.
El análisis acerca del buen timming para salir de compras es compartido en Dante Robino, una de las bodegas de capitales nacionales y familiares que mejor resisten la avanzada de nuevos inversores en el negocio del vino. "Hoy la industria está en su piso, con un mercado interno que está parado y con un buen volumen de exportaciones pero muy baja rentabilidad, con lo cual es un buen momento para comprar. A esto se suma que se trata de un sector que sigue siendo muy competitivo, con lo cual se viene una concentración", señala Rafael Squassini, director comercial y uno de los dueños de la empresa.
La inevitabilidad de un proceso de concentración también es algo reconocido por Manuel Más, el dueño de Finca La Anita, otra de las bodegas tradicionales que queda en el mercado. "No hay espacio para tantas bodegas boutique nuevas. Hoy hay una sobrepoblación de marcas que tarde o temprano se va a ir tamizando y van a quedar las más grandes y las chicas que estén bien establecidas", dice el bodeguero.
Para los inversores que tienen voluntad de compra, la oferta para elegir es más que interesante. Aunque a ninguna empresa le guste reconocer que tiene el cartel de "en venta", en los escritorios de los potenciales compradores, los bancos especializados en M&A y los fondos de inversión circulan las carpetas de decenas de bodegas.
"Hoy los números del negocio no cierran y, por eso, mucha gente que había ingresado al mercado en los últimos años atraída por el glamour que tiene el vino, está ahora abierta a escuchar una oferta de compra", reconoce Juan Carlos Muñoz, socio de Viña Las Perdices.
Hombres mirando al Oeste
En los primeros nueve meses del año, las ventas al exterior de vinos y mostos crecieron 5,3% en volumen, pero en dólares sufrieron una baja de 4,7% y completaron US$ 716 millones, lo que muestra que con tal de no perder presencia en algunas plazas internacionales, muchas bodegas están dispuestas a sacrificar precios y márgenes de ganancia.
La pérdida de rentabilidad no se limita al negocio de la exportación. Fronteras adentro, el consumo de vino acumuló una suba de 6,2% en los primeros siete meses del año, aunque ese incremento se explica por una sobre oferta de producción que "deprime los precios y reactiva la demanda", según aclara un informe de IES Consultores.
Pero más allá de la coyuntura complicada que enfrenta la industria como producto del retraso cambiario y las subas de los costos en dólares, en el sector existe prácticamente unanimidad a la hora de considerar que el potencial del vino argentino está intacto.
Esta visión de largo plazo explica por qué, aún con números en rojo, son cada vez más los hombres de negocios que miran a Mendoza. Un caso emblemático es el de Darío Werthein, uno de los socios del holding Los W. La familia Werthein fue la dueña histórica de Finca Flichman hasta que en 1997 la vendió al grupo portugués Sogrape. En 2002, Darío Werthein volvió a poner un pie en el rubro con la compra de 72 hectáreas de tierras en el Valle de Uco y el lanzamiento de la marca Riglos y en el último tiempo estuvo sondeando a más de una bodega.
Otro millonario que sigue de cerca el mercado es Eduardo Eurnekian, que se posicionó como el referente del vino patagónico, vía la compra de las neuquinas Del Fin del Mundo y NQN, aunque en el sector dan por descontado que tarde o temprano pondrá un pie en la zona cuyana. "Si la pretensión de Eurnekian es competir en el segmento más masivo de vinos de 50 pesos, en algún momento va a necesitar sumar una bodega en Mendoza", explican en el sector.
En la lista de empresarios de otros rubros que se dejaron tentar por el vino también hay que incluir a Alejandro Bulgheroni, uno de los dueños de las petroleras Bridas y Pan American Energy (PAE). Asociado con Carlos Pulenta, Bulgheroni se quedó con la marca Argento -creada en 1999 por Nicolás Catena y enfocada a la exportación-, que se suma así a las bodegas que ya tiene en Mendoza (Vistalba), Uruguay (Garzón) y California (Renwood Winery).
El ingreso de nuevos jugadores al negocio es acompañado por un cambio en el mercado y un crecimiento de la oferta en el segmento más alto. "Cada vez más bodegas incursionan en el segmento de vinos de lujo con el lanzamiento de productos. En términos relativos, el vino de lujo está barato, básicamente porque en los últimos dos años los aumentos en la categoría estuvieron muy por debajo de los que se dieron en otros rubros, lo que explica que hoy es posible encontrar excelentes productos por 150 o 200 pesos", señala Norberto Díaz, el organizador de la feria de Vinos de Lujo, que la semana pasada reunió a más de cuarenta bodegas, dejando en claro hacia dónde marcha el negocio en la Argentina.
Seducidos por las uvas
Desde otras industrias a las Bodegas
Luis Perez Companc
Molinos Río de la Plata
En la última semana, el grupo concretó la compra de Ruca Malén por 8,8 millones de dólares; esa bodega se suma a Nieto Senetiner, adquirida por la empresa hace 15 años
Dario Werthein
Los W
Con la marca Riglos, el grupo hizo su regreso al rubro en el que hasta los 90 había tenido participación con Finca Flichman. Hubo sondeos a varias bodegas
Alejandro Bulgheroni
Bridas
El empresario petrolero controla tres bodegas: una está en Mendoza, otra en Uruguay y la tercera, en California
Eduardo Eurnekian
Aeropuertos Argentina 2000
El operador de los principales aeropuertos del país se hizo fuerte en la Patagonia con las bodegas neuquinas Del Fin del Mundo y NQN.-
Fuente de la Información: www.lanacion.com.ar